Por el parque Ramón González Valencia de Chinácota deambulaba una niña de ocho años con aparente condición de discapacidad, la cual decía requerir un tratamiento médico complejo de urgencia y quién, acompañada por su abuela materna y un tío, solicitaba dinero a la comunidad para pagar los servicios de salud.
Esta pequeña fue avistada por uniformados de la estación de Policía, quienes se percataron de la extraña presencia de estos foráneos. Los agentes, inicialmente los vieron recorrer la plaza principal y luego por medio de las cámaras de seguridad instaladas, se dieron cuenta que estaban visitaban diferentes establecimientos comerciales pidiendo dinero.
Según el Departamento de Policía de Norte de Santander (Denor), luego de varias horas, los uniformados del Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia se acercaron a la mujer para verificar la autenticidad de los exámenes clínicos, quienes se encontrando con una sorpresa: los documentos de una enfermedad relativa a la sangre pertenecían a un niño y no a la infante que estaba en silla de ruedas con diferentes cobertores.
La abuela, de 54 años, y el hombre, naturales de Cúcuta, fueron conducidos a la estación en compañía de la niña en su silla de ruedas, quienes al sentir la presión aceptaron la falsedad de los documentos médicos.
“Fue ahí cuando la infante se levantó y comenzó a caminar de forma espontánea, comprobando la comisión del delito explotación a menores de edad, según el artículo 231 del Código Penal, el cual específica que aquel que emplee menores para el ejercicio de la mendicidad deberá revivir penas por este delito”, informó la Denor.
La institución señaló que la pareja capturada fue puesta a la orden de la autoridad competente y la menor quedó a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
La Policía instó a la ciudadanía a denunciar a aquellos inescrupulosas que emplean a los niños con fines de explotación económica, vulnerando sus derechos fundamentales.