En el barrio Los Olivos de Cúcuta, 25 mujeres se entrenan en cocina económica. Ellas, llegan todas las tardes al Centro Juvenil Don Bosco para recibir nuevos conocimientos en gastronomía saludable, sin tener que adquirir productos costosos que superan su capacidad monetaria.

Estas capacitaciones se convierten en una oportunidad para sus familias y su bolsillo, pues, por la crisis de frontera a veces no les alcanza para comprar lo de la canasta familiar.

Una de estas mujeres preocupadas por la alimentación en su hogar, dijo que nunca se imaginó la variedad de cosas que se pueden preparar sin pensar en el pollo o la carne como lo más importante en su cocina.

"A veces uno se mata la cabeza diciendo que la carne está muy cara, el pollo también y yo no sabía que cocinar con vegetales era tan delicioso", contó Jenny Lizeth Melo, y agregó que los vegetales se han convertido en una buena opción para alimentarse, más ahora, que la desnutrición en Colombia se ha sumado a los problemas sociales del país.

Ella, como las otras 24 asistentes al curso de cocina, no se imaginó que con poco dinero podría hacer maravillas para nutrir a sus allegados. Por ejemplo, Ledys Durán aprendió a hacer pastas a la boloñesa, sin carne,  usando el carve como complemento y dándole un gusto natural parecido al de esta proteína.

"En mi casa sorprendí, a todos les gustaron las pastas y lo mejor es que la bolsita de carve me costó 2 mil pesos. Con esa plata uno no compra ni media libra de carne", contó esta madre orgullosa de haber aprendido a defenderse en la cocina.

Jonathan Pérez, instructor de gastronomía del Sena, es quien les enseña a preparar los deliciosos platos a bajo costo, considera que la carne, uno de los productos más caros del mercado, no es necesaria para vivir bien alimentado.

Aseguró que existen platos en donde pueden comer hasta 20 personas,  y solo con una inversión de 7 mil pesos, como lo hicieron durante la clase de arroz oriental.

Comida que nutre

Este chef de comida saludable se enfoca en enseñar las propiedades de los alimentos naturales,  como en el caso de la soya de dónde sacan una bebida parecida a la leche. Además con lo que queda del proceso se hacen croquetas que se pueden acompañar con arroz, brindando a la familia una comida nutritiva.

Con una inversión de 4 mil pesos se puede hacer un litro de yogurt, y "usar una cucharada de las de sacar sopa para hacer otro litro,  disminuyendo a la mitad el costo de los ingredientes", dijo Pérez.

También pueden preparar bebidas que rinden hasta 6 litros, usando ingredientes que no superan los 1500 pesos.

Ledys Duran, una de las aprendices aseguró que con esta forma de preparar comida saludable, podrá enseñar a su bebé de 2 meses, a futuro, nuevos hábitos alimenticios.

"Ya uno cocina cosas más saludables y también hemos aprendido a preparar a base de lentejas remojadas o garbanzos, croquetas que pueden reemplazar la carne", aseguró.

Oportunidad social

Para Jhon Freddy Hernández, director del Centro Juvenil Don Bosco, esta es una oportunidad que se presenta para la comunidad, especialmente para las mujeres, pues son pocos los hombres que se animan a cocinar.

"Lo interesante es lo económico, pues a veces nos imaginamos la cocina como algo muy costoso", explicó el padre salesiano.

Hernández dijo además que este es un proyecto que beneficia a la comunidad, en el proceso de reintegración social, pues muchas de estas mamás son víctimas del conflicto o desplazadas y es "gratificante generarle a ellas expectativas y esperanzas de vida en este tipo de cursos, ofreciéndoles la oportunidad de algo novedoso especialmente para su familia."

El curso dura aproximadamente 3 semanas, pero los conocimientos culinarios aprendidos serán aplicados durante toda la vida.

*Karina Judex Balaguera | karina.judex@laopinion.com.co