En Norte de Santander y especialmente en la región del Catatumbo, en donde tiene gran influencia el Eln, la esperanza de que se pueda llegar a un acuerdo de paz con esta guerrilla, como ocurrió con las Farc, es grande, pero también existe mucho temor porque a medida que avanzan los diálogos, el accionar del grupo armado se incrementa.
Así se lo hicieron saber ayer los representantes del gobierno departamental, los alcaldes de la zona, víctimas, organizaciones sociales, líderes y hasta los voceros de las diferentes iglesias, al jefe del equipo negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, quien estuvo en Cúcuta para entregar un informe sobre las conversaciones que se desarrollan en Quito, (Ecuador).
El secretario de Víctimas, Paz y Posconflicto del departamento, Luis Fernando Niño, por ejemplo, le insistió al vocero oficial en la necesidad de que se trabaje cuanto antes en un desescalamiento del conflicto con el Eln, toda vez que sus acciones en el departamento siguen afectando de manera considerable a la población civil.
En esto coincidió el obispo de Ocaña, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, quien consideró que si el Eln tiene voluntad de poner fin a décadas de confrontación, debe dar muestras de ello, porque las más afectadas con sus acciones están siendo las comunidades.
“De parte y parte debe haber verdaderas muestras de querer la paz y no solo para conveniencia de unos cuantos, sino de toda la sociedad civil”, manifestó el prelado.
Los alcaldes del Catatumbo le hicieron saber, igualmente, al jefe negociador las preocupaciones de sus poblaciones, aunque también enviaron mensajes optimistas sobre lo que esperan de los diálogos.
“Construyendo una paz con el Eln muy seguramente nosotros sí vamos a tener ambientes de tranquilidad en nuestra región”, sostuvo el alcalde de Teorama, Jesús Montagut.
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Restrepo, por su parte, informó que si bien las conversaciones que comenzaron el pasado 7 de febrero han sido difíciles, ha habido avances importantes, como el plan piloto de desminado que arrancará próximamente.
Contó que la mesa delegó a un grupo que está dedicado exclusivamente a estudiar los asuntos humanitarios, con el fin de llegar a un acuerdo para que se respeten los postulados del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y poder así sacar del conflicto a los civiles.
“Nosotros estamos con paciencia en la mesa. La solución no es a cada atentado darle una patada a la mesa de negociaciones; vamos a seguir, pero no vamos a negociar apresuradamente, ni a ceder en la firmeza de nuestras exposiciones. Si el Eln sigue secuestrando, los avances prácticos y concretos de la mesa de Quito se van a ver con muchas dificultades”, dijo.
Lamentó que mientras en Ecuador se respira y habla en medio de un lenguaje de paz, en el Chocó, especialmente, el discurso es otro.
“Hay una dicotomía entre los dos lenguajes. Esos frentes no están representados en la mesa y a veces da la impresión que no le están copiando a quienes dicen estar negociando. Se necesita que el interlocutor del Gobierno sea todo el Eln”, sostuvo.
El representante del Gobierno dijo que trasladará todas las inquietudes que escuchó ayer en Cúcuta a la mesa de diálogos para que el Eln las conozca.
Venezuela
El jefe del equipo negociador del Gobierno en los diálogos con el Eln, dijo en Cúcuta que les preocupa que el “desbarajuste” económico que afronta hoy Venezuela, también está representando dificultades para las conversaciones de paz que están en marcha.
“Uno de los negocios donde ha ido entrando el Eln, además de las extorsiones por todo lado, es el de volverse árbitro de los contrabandos que vienen de Venezuela. Estas rentas derivadas de la corrupción departamental o municipal alimentan el accionar del Eln en el territorio colombiano”, sostuvo Restrepo.
El exministro denunció también que los jefes del Eln cuentan con un amplio margen de protección por parte del vecino país, lo que dificulta las labores de la Fuerza Pública.
