Al ritmo de una papayera, Antonio Ochoa, y otros 5 músicos venezolanos ponen a bailar a los cucuteños a su paso por las calles tocando porros, merengues y otros ritmos, que con alegría, sacan de la rutina a los ciudadanos aislados por la cuarentena.
Con un bombo, un redoblante, una trompeta, un trombón, una paila y una güira, estos jóvenes se ganan la vida, pues a parte de su sustento es recopilado a medida que hacen su recorrido por los barrios.
“Las personas de las casas aportan una moneda que para nosotros es una gran ayuda” dijo Ochoa, quien proviene de Tinaquillo en el estado Cojedes, Venezuela.
Aunque la intención de estos músicos es cambiar el ambiente silencioso por algo de música, y de paso conseguir para sobrevivir en esta ciudad de frontera, son varios los cucuteños que sienten miedo y terminan alejándolos por miedo, o porque los consideran inexpertos.
“Algunos no saben el recorrido musical que uno tiene, y por eso lo juzgan”, aseguró Ochoa.
Sin embargo, Tropical Show no se deja amilanar por esos comportamientos y sigue su camino llevando música y alegría a todo aquel que quiera disfrutarla.