La Torre Eiffel, uno de los monumentos más visitados del mundo, cerró este martes por la mañana debido a un temporal de nieve, anunció la dirección del monumento parisino en su cuenta Twitter.
"Debido a un temporal de nieve, estoy cerrada al público por el momento", escribió la empresa administradora de la Dama de Hierro en la red social.
No es la primera vez que la Torre Eiffel cierra debido a condiciones meteorológicas. En marzo de 2018 cerró sus puertas debido a la formación de escarcha que impedía el uso de sus escaleras.
La primera nevada del año
Un manto de nieve cubría calles de París tras la primera nevada del año, que provocó interrupciones en algunas líneas de tren y autobuses pero permitió a muchos disfrutar de improvisadas pistas de esquí en la ciudad.
Tanto los turistas como los habitantes de la capital francesa intentaban abrirse paso cuidadosamente por las aceras para no resbalar.
Los que visitaban la basílica de Sacre-Coeur en Montmartre pudieron presenciar como algunos disfrutaron para hacer snowboard, deslizándose por el césped nevado de los empinados jardines del parque que descansa bajo la catedral.
Al menos una carretera principal del suroeste de la capital se cerró al tráfico durante unas horas, después de que la nevada dejase varios centímetros de nieve.
El año pasado, cerca de 1.000 vehículos quedaron bloqueados en esa carretera, obligando a casi 2.000 personas a pasar la noche en sus coches.
La compañía ferroviaria nacional emitió una "alerta previa" por posibles retrasos en los trenes de alta velocidad en la región.
Igualmente, los usuarios de transporte público parisinos fueron avisados de las interrupciones en el servicio en algunas líneas de metro y docenas de rutas de autobuses.
La tormenta se extendía hacia el oeste desde la costa Atlántica, con 24 regiones en el norte y el este en alerta máxima.
"Está limitado por ahora, hay algunos centímetros", dijo el François Gourand, previsionista meteorológico.
Se prevé más nieve al final del día, con temperaturas rozando los 0 ºC.
Gourand describió un "episodio clásico de invierno" para la región de París, pero indicó que la tormenta fue una bendición para las pistas de esquí en las montañas de los Pirineos (sur), que habían experimentado escasas nevadas desde el comienzo del año.
"De repente vamos a tener un metro o incluso metro y medio [de nieve] como promedio", dijo y advirtió de riesgos de avalanchas a partir del miércoles.