En la vereda Caño Victoria, zona rural del municipio de Tibú (Norte de Santander), las autoridades militares desmantelaron siete complejos ilegales que, según información oficial, pertenecían al Ejército de Liberación Nacional (Eln).
Las operaciones, adelantadas por la Segunda División del Ejército, la División de Aviación Asalto Aéreo con su Brigada Contra el Narcotráfico y la Policía Nacional, ayudaron a identificar estos sitios que eran utilizados para la extracción y procesamiento de hidrocarburos.
En total, lo que encontraron las autoridades, además de las siete refinerías ilegales, fueron:
- 15 piscinas donde era almacenado el hidrocarburo
- 4.500 galones de crudo.
- Tres motobombas.
- 12 marcianos (elementos para procesar droga).
- 1.200 metros de tubo galvanizado.
- 10.000 metros de manguera.
- 18 canecas metálicas con capacidad para almacenar 85 galones cada una.
Se estableció que el valor del crudo hallado, la construcción y los insumos líquidos y sólidos tendría un monto de $1.397.460.000 (mil trescientos noventa y siete mil cuatrocientos sesenta millones de pesos).
Con este nuevo golpe al narcotráfico y al transporte de insumos, se reducen las cuantiosas sumas de dinero que provienen de la venta de pasta base de coca, para la cual era empleado el combustible.
Estas estructuras ilegales tenían una capacidad para producir alrededor de 10.000 galones diarios. De esta manera se generaban ganancias superiores a los mil millones de pesos.
Las cifras
En el año 2017, las pérdidas promedio de crudo fueron de más de 428.600 barriles. Para el caso del oleoducto Caño Limón Coveñas y el Campo Tibú, el hurto promedio por día fue de 1.165 barriles y más de 48.103 barriles promedio por año, respectivamente.