Los Auténticos de la carranga, el grupo más reconocido de Pamplonita en este género musical, ayer se fue ‘de estreno’ con instrumentos y uniformes para seguir preparando las presentaciones que vendrán.
De la agrupación, conformada por cinco integrantes, solo pudieron viajar tres, porque dos de ellos tuvieron que trabajar.
Los que lograron ir a Cúcuta a recibir la indumentaria estaban escapados del trabajo, o con permiso de las minas en las que laboran todos los días, bien sea bajo la tierra, o llevando el control de lo que entra y sale.
Aunque tienen aspecto y actitud tímida, que podría confundirse con seriedad, los hermanos José Manuel, Jhonatan, Nelson y Álvaro Urbina, junto a Nelson Jaimes, no se avergüenzan de exhibir su talento empírico.
Eso sí, José Manuel, el director del grupo y voz principal quedó debiendo los movimientos de Michael Jackson que, dice, son parte de su estilo.
“Uno lo que quiere es ver sonreír a las personas, verlas alegres, y entonces me inventé el bailecito”, dijo, pero se rehusó a mostrar el secreto, porque no tenía el requinto para “dar el brinco”.
Su anhelo, como el de sus compañeros fue hacer de la música parte de su vida, con su propia marca y un estilo particular, que fuese recordado en todas las regiones.
Poco interesa que no tengan formación musical, o que su propuesta venga “de encima de un azadón”, porque por ahí también han pasado otros artistas locales.
Por eso, para este año comenzaron con la composición, y esperan tener un trabajo musical en noviembre.
“Gracias a Dios, todo Norte de Santander ya nos conoce, y en Rionegro (Santander)”, afirmó el director, para quien el estímulo que les dio recibir los instrumentos es una oportunidad para fortalecer el grupo.
Mientras practican con las nuevas guitarras eléctrica y acústica, y la guacharaca metálica, dejarán descansar los viejos instrumentos, remendados hasta con cinta.
“Usted no se imagina cómo teníamos los instrumentos”, relata. “Estábamos trabajando con las uñas”.
Y aún así, ocuparon el tercer puesto en uno de los más recientes concursos de música carranguera, con las guitarras desbaratadas.
Hoy, solo les queda el reto de adquirir el bajo eléctrico, porque por ahora están haciendo los bajos con guitarra.
También están satisfechos, porque después de meses de ahorrar, “y de decirle a la mano derecha que le prestara a la izquierda”, se pudo comprar el requinto, para quedar más completos.
La dedicación sigue firme, y la pasión por la música carranguera, pese a que no tienen raíces ni tradición de intérpretes en los hogares, y su mayor vínculo con ‘la tierrita’ se da en sus entrañas, sacando carbón, o cultivando y empacando lo que ella produce.