Un furgón de la policía filipina embistió el miércoles contra un grupo de manifestantes, dejando varios heridos en una protesta contra Estados Unidos ante la embajada estadounidense en Manila que se tornó violenta.
Al menos tres estudiantes activistas tuvieron que ser trasladados al hospital tras ser atropellados por el furgón que manejaba un policía, dijo Renato Reyes, un líder de las protestas.
El furgón embistió varias veces contra la gente, manejando de forma brusca hacia delante y hacia atrás después de que los manifestantes rodearan el vehículo y empezaran a golpearlo con bastones de madera que habían arrebatado a la policía, según mostraron imágenes de AP Television.
Ante una multitud horrorizada que incluía camarógrafos y fotógrafos, la camioneta cargó de pronto hacia atrás y después avanzó dos veces en un tramo de unos 20 metros (60 pies), arremetiendo contra los manifestantes y derribando a algunos sobre la calle. Unos pocos fueron atropellados, aunque lograron levantarse después.
Algunos gritaron sorprendidos, mientras que otros lanzaron piedras al furgón y gritaron improperios. Un portavoz de los inconformes llamó a los policías "marionetas de los imperialistas" a través de un altavoz.
"No hay absolutamente ninguna justificación para eso", dijo Reyes sobre la violenta dispersión de los aproximadamente mil manifestantes. "A pesar de que el presidente prometió una política exterior independiente, las fuerzas policiales de Filipinas siguen actuando como los perros de presa de Estados Unidos".
La policía empleó gases lacrimógenos y detuvo al menos a 23 manifestantes que rompieron un perímetro de la policía antimotines y arrojaron pintura roja contra los agentes y un sello del gobierno estadounidense en la entrada al complejo de la embajada, situada junto a la costa.
Un camión de bomberos empleó las mangueras de agua para repeler a los manifestantes, pero la gente se hizo con la manguera y se enfrentó a los policías sobrepasados con rocas y pintura roja. Tras atravesar el perímetro policial, escribieron con pintura roja "tropas de EEUU fuera ya" y otros lemas en la alta cerca de la embajada.
Los manifestantes, entre los que había estudiantes, trabajadores y miembros de tribus, exigían el fin de la presencia de tropas estadounidenses de visita en el país y apoyaban la petición del presidente, Rodrigo Duterte, de aplicar una política exterior que no dependa de Estados Unidos, antiguo aliado del país.
Los activistas procedían del gran colectivo de izquierdas Bayan (Nación), que organiza desde hace décadas protestas regulares contra Estados Unidos ante la embajada, la mayoría pacíficas.
Duterte se encontraba de visita oficial en China, donde intentará reparar las relaciones bilaterales, afectadas durante el gobierno de su predecesor por disputas territoriales en el mar de la China Meridional. Duterte también intentará expandir el comercio y las inversiones bilaterales, así como solicitar financiamiento para cruciales proyectos de infraestructura.
En medio de una tensa relación con Washington, Duterte ha intentado tender puentes con China y Rusia, lo que ha llevado incertidumbre a la larga alianza entre Filipinas y Estados Unidos.
Sin embargo, los manifestantes también se oponían a los esfuerzos del presidente por acercarse a China. "Filipinas no recibirá dictados de otros, ya sean Estados Unidos o China", afirmaron en un comunicado.
La Policía Nacional filipina no hizo declaraciones el miércoles en un primer momento.
Los episodios violentos se produjeron en medio de un creciente escrutinio internacional sobre Duterte y la policía por su supuesto papel en la muerte de miles de sospechosos relacionados con las drogas, dentro de la campaña del presidente contra las drogas ilegales.