Tres horas de gritos, piedras, insultos, gases lacrimógenos y bombas molotov, amenizaron una inesperada reunión entre miembros de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), y habitantes de La Parada, en Villa del Rosario.
La tranquilidad de ese punto fronterizo, señalado durante años por ser uno de los epicentros del contrabando entre Táchira y Norte de Santander, se interrumpió cuando pasadas las 3:00 de la tarde, cerca de 380 hombres de la policía llegaron para un operativo sorpresa en busca de mercancía ilegal.
Como de costumbre, las autoridades no fueron bien recibidas por parte de la población, que entre entre insultos y arengas manifestaban su incomodidad por la presencia policial. “¡Estos hijue…. nos quieren matar de hambre! ¡No vienen si no a joder, siempre es la misma m…! ¡Por qué mejor no le dicen a Santos que venga y nos dé soluciones, si no quiere que contrabandeemos que nos dé subsidios!”, decían algunos, mientras recordaban que en Puerto Santander había sucedido lo mismo la noche anterior. (Lea: Contrabandistas bloquearon Puerto Santander)
Pero las protestas, también como de costumbre, fueron mucho más allá de las palabras. Un grupo de personas, armadas de piedras, las mismas de las calles en mal estado, bombas molotov y pólvora, se enfrentaron a agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), quienes, con gases lacrimógenos, intentaron dispersarlos.
El cuadrilátero de este enfrentamiento fue la calle 5 con avenida sexta, en donde los residentes del lugar observaban con expectativa lo que pasaba entre los no más de 30 manifestantes y las fuerzas del Estado.
Daños colaterales
Los mayores perjudicados con el enfrentamiento de ayer no fueron los 21 negocios inspeccionados ni los que lanzaban artefactos contra los miembros de la policía. A una cuadra de donde los ‘lanza piedras’ tenían su fortín, estaban cerca de 400 niños recibiendo clases en la Institución Educativa La Frontera.
Hasta ese lugar llegaron los gases lacrimógenos, arrastrados por el viento que todas las tardes refresca estas calles. Aunque ninguno de los artefactos lanzados por el Esmad cayó dentro de la institución- como muchos padres lo aseguraron- los gases sí ingresaron a la institución y pusieron, literalmente, a llorar a más de uno.
Una niña en shock, una mujer embarazada preocupada por su estado, varios niños con los ojos rojos y muchos padres de familia arremetiendo contra la fuerza pública, fueron otros de los daños colaterales. “¡Son unos irresponsables, aquí hay niños, por qué no se fijan!”, repetían una y otra vez los adultos mientras recogían a sus hijos.
A las cinco de la tarde, cuando los ánimos se mantenían por lo alto, al interior de los muros de La Frontera quedaban cerca de 60 niños, todos provenientes de Venezuela, esperando que les definieran cómo volver a su casa al otro lado del puente internacional Simón Bolívar. Una de las madres expresó: suficiente tenemos con el trauma en San Antonio para que ahora no tengamos ni tranquilidad para dejar a nuestros hijos estudiando.
Al final, el bus que tenía que llevarlos debió esperar que todo se calmara, hacia las seis de la tarde, para llegar hasta la institución; y, como de costumbre, la fuerza pública se fue como llegó, entre protestas; y la comunidad, como cada vez que hay un operativo de estos, se quedó entre el humo y la inconformidad porque les quitaron el contrabando.
La operación seguirá
El general Gustavo Moreno, director de la Policía Fiscal y Aduanera, aseguró que sus hombres seguirán diariamente con los operativos en contra del contrabando.
“Estamos atacando todas las redes de este flagelo y no pararemos. Hoy (ayer) estuvimos en La Parada, donde creían que no íbamos a llegar, pero vean hicimos la aprehensión de gran cantidad de mercancía venezolana, lo preocupante es que conseguimos leche vencida hace un año y medicamentos controlados que venden en esos negocios”, señaló el oficial.
Añadió: “si hay amenaza de bloqueos o acciones criminales por lo que hacemos, les informó que estamos preparados para responder”.