Docenas de mujeres, incluidas adolescentes, que se creía poseídas por espíritus malignos, participaron en un ritual de azotes masivos en el festival anual hindú del pueblo Bavithram Vellalapatti, del sureste de India.
Las féminas, que buscaban la salvación, hicieron cola durante casi cinco horas antes de arrodillarse en un ‘campo de azotes’ y que el sacerdote les flagelara la espalda y las manos, mientras los familiares y los lugareños observaban.
Según la tradición, las mujeres que no sienten el dolor a primera vista son aquellas que necesitan ser liberadas del mal.
El ritual de la flagelación también es un medio para curar a las mujeres de sus enfermedades y traer buena suerte a sus familias.