Abandonos en partidos de calificaciones, una jugadora que necesita asistencia médica, entrenamientos suspendidos: los humos tóxicos de los incendios que devastan Australia perturban la preparación del primer Grand Slam de la temporada y crean dudas sobre su disputa o normal desarrollo.
A menos de una semana del inicio del Open de Australia (20 de enero - 2 de febrero), la calidad del aire se degradó considerablemente y se llevó las primeras víctimas, como la eslovena Dalila Jakupovic, obligada a abandonar en las calificaciones.
Jakupovic se retiró en primera ronda de calificaciones al sentirse indispuesta cuando una espesa nube de humo rodea la ciudad.
"Tuve miedo de desmayarme. No podía andar", declaró la 180ª jugadora mundial. La eslovena abandonó tras una crisis de tos, cuando ganaba por 6-4, 5-6 a la suiza Stefanie Voegele.
"No es sano para nosotros" jugar en estas condiciones, añadió. "Me he quedado sorprendida. No pensaba que nos harían jugar hoy, pero no teníamos elección", añadió Jakupovic.
En el mismo sentido, la canadiense Eugenie Bouchard tuvo que recurrir al médico en la pista debido a dolores en el pecho, aparentemente debidos también a dificultades respiratorias. Pero pudo terminar y pasar a la segunda ronda de calificaciones.
Además de la calidad del aire juzgada "peligrosa" el martes por las autoridades de Melbourne, que aconsejaron a los habitantes de la ciudad "permanecer con puertas y ventanas cerradas", el calor del verano austral puso condiciones de juego complicadas a pocos días del inicio de primer torneo del Grand Slam del año.
Por otra parte, el humo de los incendios obligó también a los organizadores a suspender los entrenamientos previstos el martes de preparación a este torneo.
Alexander Zverev y David Goffin eran los primeros que debían entrenarse en las canchas del Melbourne Park, seguidos del número uno mundial, Rafael Nadal.
Stefanos Tsitsipas, Coco Gauff y Karolina Pliskova se vieron también obligados a suspender sus entrenamientos.
"Las prácticas fueron suspendidas temporalmente esta mañana debido a la mala calidad del aire", indicaron los organizadores.
"Las condiciones en el lugar van mejorando y son constantemente examinadas", añadieron.
Las próximas decisiones serán tomadas en consulta con un equipo médico y con la oficina de meteorología australiana, precisaron los organizadores.
"Como siempre, la salud y la seguridad de nuestros jugadores, de nuestro personal y de nuestros aficionados son nuestras prioridades", aseguraron.
Sharapova abandona en Kooyong
Además, la que fuera número uno mundial Maria Sharapova abandonó en un partido del torneo de exhibición de Kooyong, cerca de Melbourne (Australia), debido al humo de los incendios.
La rusa de 32 años reclamó una pausa al árbitro cuando estaba empatada en el segundo set con la alemana Laura Siegemund (6-7, 5-5).
Sharapova, que jugaba con una cinta nasal adhesiva, utilizada para facilitar la respiración, habló de condiciones de juego "extremas", explicando haberse visto afectada por la tos al final de ese segundo set.
"El árbitro nos ha pedido disputar un juego más. Ya estábamos jugando desde hacía dos horas. Desde mi punto de vista (abandonar) era una sabia decisión", añadió la ganadora de cinco Grand Slam, que cayó al puesto 145 tras problemas físicos.
La rival de la rusa en Kooyong, Siegemund, explicó haber sentido el humo penetrar "en mi organismo".
"Estoy asombrada de que los partidos de calificación hayan comenzado en el Open de Australia. ¿Qué pasa con la salud de las personas que trabajan aquí, sobre todo los niños que recogen las pelotas?", tuiteó la luxemburguesa Mandy Minella.
"¿Por qué debemos esperar a que pase algo grave para hacer algo?", tuiteó la quinta jugadora mundial, la ucraniana Elina Svitolina.
"Cuando hay médicos que afirman que jugar con 45 grados no es peligroso en el Open de Australia y árbitros que afirman que la hierba mojada no es resbaladiza en Wimbledon, debemos poder encontrar un experto que certifique que la calidad del aire es suficiente ¿verdad?", ironizó el francés Gilles Simon en redes sociales.
Los fuegos de los bosques que asolan Australia desde hace meses han causado al menos 27 muertos y han destruido unas 2.000 residencias. El humo llega también a grandes urbes, incluida Melbourne.