Parques, canchas y espacios de recreación de varios municipios de Norte de Santander serán enmbellecidos, gracias a un proyecto que desarrollan los jóvenes artistas de la región. Ellos trabajan en la integración comunitaria por medio de la pintura, la música y el baile.
¿Cómo lo logran? Lo primero que hacen estos talentosos artistas es identificar los sectores, que a su juicio, necesitan un cambio. Luego, conocen las problemáticas y buscan soluciones de acuerdo a su capacidad.
Inicialmente Cúcuta, Tibú y Los Patios fueron identificados por estos jóvenes líderes, orindos de estas zonas, quienes basados los recursos propios y el apoyo de algunas entidades, hacen el plan de embellecimiento.
Clara Angélica Valencia, coordinadora de ‘Mi Ciudad Frontera’, explicó que la iniciativa nace como una forma de manifestación artística que influye en la integración entre habitantes de frontera. Además, junto a su grupo de trabajo, analizaron las problemáticas más presentes en estos tres puntos importantes del departamento.
“Se hizo un mapeo de lugares para convertirlos en espacios agradables en que las personas puedan compartir y no sean aprovechados para consumir drogas, como habitualmente se observa”.
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El proyecto inició en diciembre del 2019, como una propuesta en papel que buscaba el apoyo de entidades públicas. Desde entonces y hasta el 31 de abril, la idea es hacer del proyecto un trabajo sostenible que vaya articulado con intervenciones para salud mental.
La iniciativa consiste en hacer limpieza de los espacios públicos, adecuarlo con bocetos y muestras artísticas, además de la intervención musical de cantantes y bailarines locales y regionales.
El director de la fundación ‘5ta con 5ta crew’, Jorge Enrique Botello, le contó a La Opinión que existen proyectos de recuperación histórica en lugares representativos de la capital nortesantandereana, como es el caso de la Casa de la Juventud, en la ciudadela de Juan Atalaya.
Allí, jóvenes artistas de la comunidad identificaron problemas como el deterioro y olvido del espacio, por lo que buscan potenciarlo a actividades más de acuerdo a sus objetivos.
“Queremos que la Casa de la Juventud sea un espacio para crear, para innovar en el arte y no reincidencia de prácticas no saludables, en especial en jóvenes que pueden aprovechar su tiempo en aprender algo nuevo”, explicó el director.
En Tibú, por su parte, se estudió la renovación de un lugar que se convirtió en un “botadero de basura”. Se quiere aprovechar para ser transformado en sitio de encuentro de jóvenes del sector.
“Cada lugar está pensado desde los jóvenes y actores claves de los territorios par aacercalos con la institucionalidad y tener un impacto en la gobernanza”, concluyó Jorge Botello.
