El conflicto armado colombiano tocó las fibras del reportero gráfico norteamericano Stephen Ferry, autor del libro ‘Violentología’. En la publicación se evidencia la vulneración de los Derechos Humanos de los civiles que se resisten a la guerra.
El libro está dividido por partes, partiendo de una línea de tiempo y un texto del historiador Gonzalo Sánchez, director del Centro de Memoria Histórica en el que hace un recuento de los orígenes del conflicto.
“Ante todo es un libro netamente fotográfico, con algunos textos que lo nutren. Hay una parte para los paramilitares, otra para el Eln. Si el secuestro fue el crimen insigne de las Farc, el de los paramilitares ha sido la desaparición forzosa”.
¿Qué enseñanza le deja el cubrimiento del conflicto colombiano?
A Colombia llegué en 1995, invitado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) para dictar un taller. Los colegas fotógrafos me enseñaron sus imágenes del conflicto y me sorprendí de mi propia ignorancia y del impacto de la guerra en la población civil. En países como Estados Unidos la percepción es del narcotráfico, pero acá es más complejo. Como reportero siempre me he enfocado en los Derechos Humanos, empecé a entrenarme y a documentar el conflicto, reunido en el libro: ‘Violentología, un manual del conflicto colombiano’.
¿Se ha dejado de cubrir temas de guerra por mirar solo a las Farc?
Siempre hay una preocupación por la persecución de líderes sociales. También se ha dejado de mirar problemas como los que ocurren en Chocó, donde hay desplazamientos. Actualmente hay pocos reportajes sobre ello.
¿En su trabajo la fotografía es una herramienta para preservar la historia, así surgió ‘Violentología’?
Sí. Con el trabajo busco aportar para preservar la historia, es un ensayo del conflicto colombiano. En Norte de Santander pueden conocerlo, vinimos a la Fiesta del Libro con el apoyo de GIZ, que está llevando ‘Violentología’ a las bibliotecas.
¿Su libro es un homenaje a las víctimas, qué historias hay detrás de ellas?
Me quedé con un enorme respeto por los actores civiles en Colombia que han resistido a todos los grupos armados. Una de las enseñanzas es entender que dentro de la crueldad hay gente preparada, valiente, que está trabajando para mejorar.
¿Cómo fue el detrás de cámaras de ‘Violentología’?
Hay situaciones tristes, perturbadoras. Cualquier movimiento en falso podría poner en peligro a las personas que me ayudaron. Fuimos prudentes y cautelosos porque los riesgos son reales.
¿Sus aliados en todo el proceso?
La prensa, especialmente los medios regionales como La Opinión, donde periodistas y reporteros gráficos me orientaron. Así ocurrió con El Meridiano de Córdoba y La Patria de Manizales. También hay que agradecer a Consejo de Redacción y a Human Rights Watch que asumen con seriedad las investigaciones.
¿Cuál fue la imagen más luchada?
Hay una fotografía tomada en la Comuna 13, en medio de la operación Orión. Se captó en un tiroteo y fue luchada.
¿La qué más le ha impactado?
Aunque no es violenta, es de los indígenas U’wa masacrados por la guerrilla. Me quedé en el resguardo y ver a esos adultos mayores con su bastón muy humilde y tomando guardia, defendiendo su pueblo, me generó respeto y vi una lucha muy desigual.
¿Las captadas luego de la publicación?
El libro salió justo en el momento en que las Farc dijeron que no iban a secuestrar más. Ese pronunciamiento era el preámbulo al proceso de paz, he estado documentándolo, pero me parece que está redondo.
Eduardo Rozo Jaimes | Eduardo.rozo@laopinion.com.co