Es licenciada en ciencias políticas e investigadora de la violencia en Colombia y de la violación de los Derechos Humanos, especialmente en las mujeres. Ella, María Emma Wills Obregón, abordó en la Fiesta del Libro de Cúcuta estos temas. 

En la frontera también dialogó sobre los acuerdos de paz con la guerrilla de las Farc y de los desafíos que enfrentará el país.

Hizo parte de la Comisión Histórica  para el Conflicto y las Víctimas en La Habana. Tuvieron las mujeres el lugar que se merecían en las negociaciones?

En la Comisión no tuvimos suficiente presencia, 12 comisionados y solo una mujer. Ese es un síntoma más de las exclusiones que sufren las mujeres en Colombia. Sin embargo, el tema también debe ser visto como una oportunidad de cambio. Con el apoyo de cooperación internacional y de organizaciones de mujeres, se instaló una comisión de género que produjo hace dos semanas acuerdos en tierras, participación y víctimas. En esos puntos se buscó asegurar a las mujeres sus derechos.

¿Qué visión dan las mujeres a la hora de abordar temas de guerra?

Clave es apreciar la manera de hacer memoria. Los hombres suelen contar historias en clave, de las incursiones. Las mujeres ponen énfasis en la vida cotidiana, en la familia, el hogar y los animales que perdieron. Mire, la mayoría de las mujeres resisten a la guerra de una manera distinta, desde los años 80 han venido proclamando un sueño de paz y para ello organizaron redes.

¿Desde su labor como investigadora cómo percibe la equidad de género?

Lo que pasa es que no creo en los milagros. Lograr sociedades más democráticas es un proceso y lo que veo es que las mujeres han abierto un espacio en la academia y en la política, pero si se mira el número en cargos de poder es mínimo. Hay pocas mujeres rectoras, decanas y los partidos políticos se vieron obligados a incorporarlas en sus listas. Sin embargo, hay enormes deudas en el campo político y en el económico todavía hay brechas salariales y conductas antidemocráticas como el acoso sexual que se normaliza como un ‘piropo’.

¿Con el acuerdo qué papel van a jugar las mujeres que por décadas han pertenecido a las filas de las Farc?

Creo que la prensa debe ser prudente en no generalizar, tanto en la guerrilla como en los paramilitares y en la fuerza pública hay historias distintas. En la guerrilla hay mujeres que fueron victimizadas, pero también hay líderes. Escuché a la comandante Victoria y es una mujer con enorme liderazgo que se merece el respeto por ser una comandante que quiere hacer la paz. A ella le ofende cuando se afirma que todas las mujeres fueron victimizadas y violadas. Entonces, a ellas hay que escucharlas, recibir sus relatos y tener enorme respeto. Muchas ingresaron por razones políticas y quieren dejar la confrontación por la democracia. 

¿De otro lado está el papel de las mujeres de la sociedad civil?

Creo que la sociedad civil, sobre todo las redes de mujeres y mis colegas en organizaciones, están preparadas para aportarle al país. 

¿En el país hay desinformación y temor, cómo vencerlo?

Los temores son válidos, pero hay que poner en primer plano que el proceso de paz ha sido acompañado no solo por las Farc, también juegan un papel vital las Naciones Unidas, los países garantes y los militares. El trabajo ha sido cuidadoso y a diferencia de otros intentos de paz, el Ejército y la Policía han tenido participación plena y eso le ha dado precisión, garantizando el éxito y sin estar exentos de enormes desafíos.

¿Cuáles son los desafíos para el Catatumbo, donde hay diversidad de actores armados?

Lo primero es entender que hay una diferencia entre guerra y violencia. Lo que se está firmando es el final de una guerra entre el Estado con las Farc y eso no quiere decir que al día siguiente todas las violencias van a desaparecer. Al no existir insubordinación armada de las Farc, el Estado tiene más capacidad y recursos para hacerle frente a otras organizaciones criminales.

¿Pero, en el Catatumbo?

Nadie niega que en el Catatumbo hay enormes desafíos, pero siento que hay más aliados comprometidos con un desarme juicioso de las Farc y en la transición a partido político. Frente a la ocupación de los territorios de las Farc que se dice están siendo ocupados por bandas criminales, lo que se requiere es fortalecer el Estado para enfrentarlas. 

Eduardo Rozo Jaimes | eduardo.rozo@laopinion.com.co