En conmemoración a la Batalla de Cúcuta, La Opinión realizó un homenaje preguntándole a los cucuteños el por qué se sentían orgullosos de pertenecer a la capital nortesantandereana.

Algunos con pena, otros con toda la actitud, mostraron sus sentimientos hacia la ciudad de frontera, en la que algunos crecieron y otros construyeron todo lo que hoy son.

A propósito de la Batalla de Cúcuta

El 28 de febrero de 1813, Simón Bolívar ganó una de las contiendas por la libertad de los ciudadanos.

El miembro de la academia de Historia de Norte de Santander, Mario Villamizar Suárez, cuenta que en la mañana del 28 de febrero: “arriba al costado occidental de Cúcuta, desde donde observa el valle deseado, territorio dominado por Correa, en la loma se avistan los dos comandantes contrincantes y de lejos se saludan con respeto militar (hoy llamada “Loma de Bolívar”), entablándose la contienda a las 9 de la mañana; el jovencito residente en Cúcuta, Eugenio Sosa, pasa la línea realista para ponerse a órdenes de Bolívar y con una burrica transporta en tinajas agua para los patriotas”.

El enfrentamiento duró hasta la una de la tarde, donde Bolívar y su ejército derrotaron a los invasores. Bolívar no persiguió al derrotado que corrió hacia La Grita en Venezuela.

El triunfo de Bolívar significó el principio de la libertad colombiana y venezolana y la caída del ejército español.

Cúcuta era una ciudad estratégica y servía de corredor entre las tropas acantonadas en Caracas, para comunicarse con los militares que permanecían en Bogotá, con la expulsión de los soldados al mando del general Correa se perdió todo contacto y la resistencia criolla tomó auge.

Laopinion.com.co