Octubre y sus celebraciones solían ser la oportunidad para que algunos comerciantes de Cúcuta se reivindicaran en ventas y pudieran promocionar los productos alusivos a esta época del año.
La pandemia provocada por la COVID-19 generó que en este 2020 se establecieran medidas restrictivas para los niños, quienes acostumbraban a disfrazarse y salir a los lugares más populares de la capital nortesantandereana, lo que disminuyó de forma notable la venta de trajes y accesorios de halloween.
Además teniendo en cuenta que en Cúcuta, al igual que en toda Colombia, no se podrá salir a pedir dulces, como era habitual.
Comerciantes, que por años esperaban esta época, expresaron su preocupación por esta crisis que no permitió que tuvieran los ingresos esperados en este mes.
Eduardo Lopez, quien se dedicaba a vender pelucas y distintos accesorios en Halloween, señaló que estaba acostumbrado a vender entre 100 mil y 150 mil pesos diarios, y a la fecha reporta días que no vende ni un solo producto.
En la misma situación está Mercedes Delgado, una mujer de la tercera edad que tiene su puesto de venta en el centro de la ciudad, quien afirma que este 2020 las ventas han sido muy bajas comparadas con años anteriores.
Los que alquilan también sufren
Los sitios de alquiler de disfraces, al parecer, viven la peor época de su historia. Fechas como el 7 de agosto, y el 12 de octubre, en las que acostumbraban a alquilar los trajes típicos fueron nulas este año.
Su esperanza para reactivar su economía era este 31 de octubre, en la que los niños y jóvenes solían alquilar sus trajes para desfilar en la popular celebración.
“Desde que tenemos los almacenes de disfraces, ha sido la peor crisis de la historia. No hemos alquilado ni la décima parte de lo que alquilábamos todos los años”, indicó Nora Sánchez Cardozo, quien por años se ha dedicado a este oficio.
Liliana Romero, también dedicada a alquilar y vender trajes temáticos en Cúcuta, precisó que han llegado a un punto donde las ventas son muy bajas.
Otros decidieron reinventarse
Ante la inminente crisis que se aproximaba y el evidente aumento de casos en la capital nortesantandereana, empresarios que se dedicaban en su totalidad a este oficio decidieron tomar otros caminos para poder subsistir.
Es el caso de Fabio Chía Suárez, quien para estas fechas decidió crear vestidos temáticos para que los niños puedan lucirlos en casa y puedan sentir que están celebrando una fecha especial.
Es el mismo caso de Rosa Emma Monsalve, quien tuvo que fortalecer la confección de otras prendas de vestir, y solo hacer los trajes que fueron programados por pedidos.