Un recorrido por la más ambiciosa obra de infraestructura eléctrica que se construye en el país, por su magnitud y complejidad, permitió evidenciar sus avances y los desafíos que representa para la ingeniería colombiana.
El proyecto hidroeléctrico de Ituango, a cuatro horas de Medellín, se espera que comience a operar a finales de 2021, luego de la contingencia que generó el colapso del túnel de desviación auxiliar el 28 de abril de 2018.
La megaobra tiene finalizada, desde julio, el lleno de la represa hasta la cota 435 sobre el nivel del mar, y tiene culminada y en operación el vertedero con una capacidad de 22.000 metros cúbicos por segundo.
Esta situación es favorable para el proyecto, ya que le da estabilidad, debido a que la estructura para el encauzamiento del río está lista para el vertimiento aguas abajo de la presa.
En este momento, se está trabajando en la estabilización y rehabilitación de la casa de máquinas, que se vio muy afectada por la circulación del río Cauca para que el proyecto hidroeléctrico no colapsara.
El paso de agua por esta caverna, desde mayo de 2018 hasta febrero de 2019, afectó este lugar, cuyos daños se están terminando de identificar para poner en marcha las unidades generadoras de energía 3 y 4.
El material de arrastre, piedra y lodo, que ingresó a la casa de máquinas por la circulación obligada del río Cauca, está siendo removido con maquinaria pesada e intensas jornadas de trabajo.
Los daños más visibles tienen que ver con la galería y los concretos de las unidades 1 y 2, cubiertos por material rocoso, pues fue por donde circuló el agua hasta febrero de este año.
Hasta el momento se ha explorado el 80 por ciento de la caverna que tiene una longitud de 240 metros, 23 metros de ancho y 49 de alto.
El ingeniero civil Julián Montoya Escobar, de la Dirección Desarrollo Proyecto Hidroituango, explicó que los tampones de las unidades 3 y 4 las protegieron del agua, y se observa que los embebidos y concretos se conservaron en su integridad.
Entre los avances de recuperación están la culminación de los trabajos en el túnel de acceso principal a la bóveda y la reparación del hueco que había entre la casa de máquinas y la almenara norte.
Si los trabajos de recuperación avanzan como van, que garanticen la calidad y seguridad de la caverna, es muy seguro que a final de este año se termine la exploración y se logre dimensionar los daños en la casa de máquinas. Hasta el momento se han encontrado afectaciones en un 20 por ciento del complejo de transformadores, almenaras y túneles adyacentes.
La recuperación del proyecto, luego de la emergencia, cuesta $3,9 billones y se cuentan con dos años para cumplir dicho proceso. La instalación de equipos está prevista para mediados de 2020.
Por ahora, se está a la espera de que la aseguradora Mapfre desembolse el dinero por los daños ocasionados durante la contingencia, luego de conocerse que otorgará la cobertura bajo la póliza ‘Todo riesgo construcción y montaje’.
Según EPM, hay un límite asegurado por 2.556 millones de dólares para cobertura de daños materiales de infraestructura y equipos, y de 628 millones de dólares para cubrir el retraso de entrada en operación.
